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14 agosto 2011 7 14 /08 /agosto /2011 14:17

           Mañana 15 de agosto celebramos la Asunción de la Virgen María, la "Virgen de Agosto", como coloquialmente se suele denominar. Aunque el dogma de la Gloriosa Asunción de María en cuerpo y alma  fue declarado solemnemente por Pío XII en 1950, la celebración de dicha fiesta, y en ese mismo día ya la tenemos documentada desde la Antigüedad; y no porque sea la cristianización de las Feriae Augusti (fiestas en honor del emperador, que en verdad se celebraban el uno del mes, y no el quince), sino porque en la Jerusalén del Emperedor Constantino, ya se celebraba en aquel concreto día, en la Iglesia sita en el Monte de los Olivos, donde según una de las tradiciones, se había producido la Dormición de María.

           Pues contemos ahora una anécdota (verdaderemente mucho más que eso) relacionada con esta fiesta tan antiquísima. Napoleón, aquél señor con tantas ansias de poder y al que tan mal le caía la fe cristiana y la Iglesia Católica (pero que paradójicamente no dudó en hacerse proclamar Emperador por el Papa), nació curiosamente un 15 de agosto, el día de la Asunción, fiesta que en Francia tenía un arraigo impresionante. Pero claro, el insigne emperador francés no podía permitir que el día del aniversario de su nacimiento quedara "oscurecido" por una fiesta mariana, que además coincidía con el festejo de la coronación de Luis XIII, rey que un 15 de agosto, esta vez del año 1637, proclamó a María protectora de la nación gala. Además, como bien recalca Vittorio Messori, no era agradable para el corso la presencia de una figura que había mencionado en el famoso Magnificat que Dios derriba del trono a los poderosos, y que dispersa a los soberbios de corazón. Por tanto, se puso manos a la obra, y mediante unos cuantos obispos de escasa catadura moral y algunos estudiosos comprados, se sacó de la manga que en Roma, en el pasado, se llegó a celebrar el martirio de un tal Neopolo, entre otros; de este Neopolo derivaría el nombre Napoleo. Así, el 19 de febrero de 1806, publicó un decreto oficial que cambiaba en todo el imperio la fiesta mariana de la Asunción por la del santo "Napoleone".

          Evidentemente, el Papa Pío VII se quejó como la ocasión merecía, ya que era una flagrante intromisión del poder temporal en los asuntos espirituales. Poco caso hizo Napoleón de las protestas del Santo Padre. Gracias a Dios, este desvarío acabó con la desaparición del desmesurado emperador francés.

          Pero he aquí que, curiosidades de la vida, tal y como cuenta el historiador Gérard Mathon, el hecho de que durante un tiempo se celebrara esta fiesta de San Napoleone provocó que el día 15 de agosto permaneciera como fiesta de precepto, ya que de lo contrario posiblemente habría sido suprimida, como otras, por el Concordato de 1801. ¡Si es que los caminos del Señor son inescrutables!

          Durante unos días no podré publicar posts, ya que me marcho como humilde peregrino a las Jornadas Mundiales de la Juventud de Madrid. Que María, Madre de Dios y Madre nuestra, y asunta al cielo, interceda por este maravilloso evento para que sus frutos sean abundantes entre la juventud española y mundial, y entre todo el pueblo católico. ¡Santa María, que subiste hacia tu hijo en cuerpo y alma, imagen de la esperanza y de la promesa hecha por Cristo a su Iglesia, ruega por nosotros! ¡Nos vemos tras la JMJ!

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31 marzo 2011 4 31 /03 /marzo /2011 21:08

También muy adecuada para el tiempo de Cuaresma en la práctica del Via Matris. Está inspirado evidentemente en el ejercicio del Via Crucis, pero ya hay pruebas de su existencia en el siglo XVI, aunque tal y como se conoce hoy día proviene del siglo XIX. En este testimonio de piedad se resume la vida de la Virgen María en torno a sus siete dolores. Por ello es una práctica muy aconsejable para la Cuaresma, ya que la figura dolorosa de María dirige siempre nuestra mirada a Nuestro Señor Jesucristo, que fue a lo largo de toda su vida negado por sus hermanos, por los hombres. Y es que no me cansaré nunca de repetirlo, siguiendo las palabras de Vittorio Messori: María no quita nada, sino que da. Allí donde Ella está, la fe en el Hijo es más grande, más pura. No hay más que ver el estado de la fe (dentro de la grave situación actual) en los países de tradición católica, y luego compararla con el de las naciones protestantes. Por tanto, cojamos nuestra cruz, como hizo María desde el principio de su misión, y recorramos como Iglesia que somos el camino que nos lleva a la Salvación; camino de sufrimiento, sí, pero por ello mismo prometedor de la eterna alegría.

 

Fuente:

Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, Directorio sobre la piedad popular y la Liturgia. Principios y orientaciones, www.vatican.va, 2002.


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2 febrero 2011 3 02 /02 /febrero /2011 21:15

    ¡Veamos otra prueba histórica más que atestigua la antigüedad de la veneración a la Virgen María! En este caso se trata de la casa en la que la tradición nos dice que vivió María, en Nazaret. Vamos a ello: el edificio de la Actual Basílica de la Anunciación en Nazaret fue diseñado por el arquitecto italiano decimonónico Giovanni Muzio, y consagrada en 1969. Pero está perfectamente documentado que anteriormente, en este lugar que según la tradición el Arcángel Gabriel anunció a María la Buena Nueva hubo un templo erigido por los franciscanos en el siglo XVIII, y así, sucesivamanente y hacia atrás en el tiempo, una Iglesia construida por los cruzados, y una de origen bizantino. Muchos investigadores negaban la tradición que colocaba ahí, en esa gruta, la vivienda de la Madre de Dios, porque se creía que en ese lugar había restos de tumbas romanas, y los judíos tenían prohibido construir casas en lugares como aquél. Pero he aquí que el grandísimo arquólogo franciscano Bellarmino Baggati, descubrió a partir de unas excavaciones que tales restos no eran de una necrópolis, sino de casas de nazarenos; y no sólo eso, sino que se pudo comprobar que con posterioridad se levantó una sinagoga, pero no de culto hebreo, sino de judeo-cristianos, ya que eran comunidades que aún vivían en un período de transición, como todos sabemos. Pues bien: en la base de uno de sus muros, se encontró una inscripción en griego, Káire María (el saludo del Árcangel a María, ¡Alégrate María!). La cosa tiene su importancia, porque estamos, ni más ni menos, ante el primer testimonio, muy arcaico, de la oración del Ave María. Por otro lado, en una columna se encontró otro comentario, con estas palabras: En este santo lugar de María he escrito.Y en otra de estas columnas, se descubrió escrito en armeno antiguo Virgen hermosa. Y debe quedar claro que la investigación ha mostrado que estos testimonios son anteriores al Concilio de Éfeso del 431, igual que la antífona Sub tuum praesidium. ¡Qué bello testimonio, que nos demuestra de nuevo la antigüedad del culto a María!, en una sinagoga judeo-cristaina que casi podríamos decir que estaba dedicada a la Virgen.

   Acabaremos este artículo con palabras que el mismo arquólogo franciscano Bellarmino Bagatti reprodujo en un encentro de éste con Vittorio Messori:

    El pico se ha demostrado, como siempre, caballeroso con la tradición y despiadado con otras teorías.

    Ahora tenemos la prueba de que la invocación a maría nació con el Cristianismo mismo y en el mismo lugar donde habitaba aquella muchacha. Gracias a la excavación, el católico sabe que al recitar el rosario se una a una cadena iniciada en la misma Nazaret(...).

    ¡Y es que María siempre ha acompañado, desde sus comienzos, el caminar de la Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo! ¡Bendita sea la Madre de Dios!

 

Fuentes:

Messori, Vittorio; Hipótesis sobre María; Libroslibres, Madrid, 2007.

   

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25 enero 2011 2 25 /01 /enero /2011 20:17

       Para este artículo seguiré el trabajo de Vittorio Messori en Hipótesis sobre María, que resulta fascinante, y encuentro perfectamente documentado.

       Esta antífona mariana (anteriormente un troparion bizantino, es decir, un himno que se "acopla" al oficio litúrgico; porque la oración en sí no es litúrgica, ya que no va dirigida a dios), que aún hoy día rezamos, y que seguro que todos conocéis si redacto sus bellas palabras: Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen Gloriosa y Bendita!, nos ha legado una prueba definitiva que muestra la anterioridad del título de Madre de Dios (Theotokos) al Concilio de Éfeso del 431. Porque fueron descubiertos en 1917 unos papiros en Egipto (fueron comprados) entre los que se encontraba esta oración. Y es que un análisis de el papiro y el texto mismo, deja unas conclusiones indiscutibles a los ojos de todos los investigadores serios. Veamoslo detenidamente:

       Las características externas del papito son muy significativas:  contiene tanto elementos ornamentales como decorativos; hay quien dice que incluso estamos ante un ejemplar reservado para que su texto fuera grabado en metal o mármol. Todas estas muestras nos hacen pensar que la oración era de uso oficial, lo que amplía considerablemente su importancia. Además, el "sujeto" del texto sería el omitido nosotros, no yo, lo que no hace más que demostrar que no era un texto dedicado para el culto privado, sino público, y bastante extendido ya para la fecha... Además, estas carácteísticas externas sitúan el troparion no más tarde del año 250; ¡y en ella se nombra a María Theotokos, Madre de Dios, ¡mucho antes del Concilio de Éfeso del 431!; y también anterior al de Nicea de 324, en el que supuestamente comenzaba el culto reglado a la Virgen María. Evidentemente, este descubrimiento descolocó sobremanera a los protestantes, que consideran el Culto a María como una "invención" tardía de la Iglesia Católica.

        Sigamos con nuestro análisis: el texto está en Griego, y se ha podido reconstruir completamente gracias a que la Iglesia Copta sigue usándolo, y la traducción al Castellano más exacta sería algo así: Bajo tu misericordia nos refugiamos oh Madre de Dios: no desprecies nuestras oraciones en la desgracia, sino que líbranos del peligro: tú la única pura y la (única) bendita. Como vemos, sería más correcto decir "Bajo tu misericordia", "Bajo tu amparo", por lo que habría que llamar en latín a la antífona Sub tuam misericordiam en lugar de Sub tuum praesidium; así la conserva el rito ambrosiano aún hoy día. Y no es éste un detalle baladí, como puede parecer en una primera impresión, ya que el término Griego que traducimos como praesidium es el que los Evangelios usan varias veces para decir que Cristo se compadecía hasta las entrañas por el prójimo. Por ello, en Latín, el término más adecuado sería misericordiam, que hace referencia al corazón, la principal entraña. ¡Es increíble el culto tan profundo que se le rendía ya a nuestra Santísima Madre en fechas tan remotas!

        Pero no acaba todo ahí. Si nos fijamos, la oración no pide siquiera la intercesión de María, sino que directamente solicitan su ayuda ante el peligro. ¡Increíble! Nos querían hacer ver como que la devoción a María había degenerado con el paso de los siglos en la Santa Iglesia, que más que de mariología estaríamos hablando de mariolatría, y resulta que pedíamos su socorro directo ya en el 250. Así que no decaigamos en nuestra devoción a María, que como bien se ha podido comprobar, no quita nada a la fe en Cristo, sino que la aumenta: lo podemos ver en la preservación de la fe en los países de tradición católica. ¡Que Santa María Madre de Dios nos proteja siempre de todo mal!

     

Fuentes:

Messori, Vittorio; Hipótesis sobre María; Libroslibres, Madrid, 2007.

       

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22 enero 2011 6 22 /01 /enero /2011 10:59

        Se suele mantener el error de que la devoción a la Virgen María nace sobre todo a partir de los Concilios de Nicea (325) y de Éfeso (431); eso es un intento por demostrar que el culto a María es algo muy posterior al nacimiento de la Iglesia, nacido como mariolatría a exorcizar, siguiedo la terminología usada por Vittorio Messoro en su libro Hipótesis de María. Pero, aunque es cierto que estos dos concilios fueron determinantes en la conformación oficial del culto a la Virgen María (en el de Nicea, que declaró la consustancialidad  del Hijo con el Padre para oponerse contra la herejía arriana, la maternidad de María vivió un fuerte impulso, y con el de Éfeso, se registró el dogma de la Maternidad Divina de María), tenemos pruebas históricas feacientes de que éste es bastante anterior a lo que se creía.

       Vamos a basarnos en el trabajo del Doctor en Sagrada Teología y profesor emérito de la Facultad de Teología de Navarra Lucas F. Mateo-Seco. Para empezar, este autor nos señala acertadamente que ya en los mismos Evangelios, de una forma más o menos clara, encontramos la raíz de la profunda devoción que en el pueblo cristiano irá acrecentándose con el paso del tiempo. Si obervamos los relatos de la infancia de Jesús en Lucas y los de María al pie de la Cruz en Juan, vemos que su figura es objeto de un tratamiento completamente único y especial.

       El mismo San Ignacio de Antioquía, discípulo del discípulo amado Juan, y muerto a principios del siglo II (107-110 aprox.), ya habla del importante papel que la Madre de Jesús juega en la Historia de la Salvación. Hay que pensar que San Ignacio se enfrentó a la herejía gnósitca, que negaba la verdadera Encarnación del Hijo de Dios, en su línea de considerar la vida carnal con aspectos sólo negativos. Así, la maternidad de María aparece como punto importante en la afirmación de la humanidad de Cristo.

       Luego nos encontramos con el también mártir San Justino (100-165 aprox.), que ya habla de María como la nueva Eva, y es ahora cuando la Maternidad de María sobre el pueblo cristiano adquiere más significado. Y poco después, tenemos el testimonio del gran San Ireneo de Lyon (135/140-202/203), de nuevo mártir (¡qué grande el fruto del grano que cae en tierra y muere!), que ahonda en el paralelismo entre Eva y María, nombrando a ésta como intercesora de aquélla, y como causa de salvación de toda la humanidad. Como vemos, su papel de mediadora va cobrando fuerza por momentos.

      Y terminemos este repaso por los Padres de la Iglesia anteriores a los concilios de Nicea y Éfeso con el historiador Orígenes, quien concediendo un tremendo valor a la virginidad de María, nos habla de la necesidad de acoger a María como Madre nuestra para comprender el verdadero significado de la Palabra de Dios; así, siguiendo las palabras de Lucas F. Mateo-Seco, todo hombre que es similar a Cristo tiene también a María por Madre.

      Hasta aquí el repaso a los Padres de la Iglesia anteriores a los dos concilios mencionados, lo cual demuestra lo genuino y la antigüedad del culto a María dentro de la Iglesia. Pero aún hay más. En el próximo artículo, hablaremos de otros testimonios, esta vez no de los Santos Padres, sino de otro tipo, que incluso nos mostrarán la antigüedad de la veneración de la Virgen como Madre de Dios (la Theotokos); ¿os suena la antíffona de Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios...? Pues a ello iremos hermanos; ¡un abrazo y que María interceda siempre por vosotros!

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